Hace casi 27 años que “la fumata blanca” anunciaba la elección del primer Papa no italiano desde el año 1522.
El mundo que en estas horas – en las que Juan Pablo II está agonizando, junto a mensajes que se publican anunciando su muerte – es muy distinto al de entonces debido en gran medida a cambios que el mismo protagonizó. Se derrumbó el muro que separaba el mundo comunista del occidental. Han crecido los paises en los que se ha afianzado la democracia. la económia se ha hecho global, el abismo entre los paises pobres y ricos no ha dejado de aumentar. Incluso el choque entre civilizaciones parece emerger con tintes más sangrientos cada día.
Al mismo tiempo la Iglesia parece haberse olvido definitivamente del espiritu del Vaticano II en una contrarreforma que quiere retroceder a los tiempos anteriores a Juan XXIII curiosamente cuando ha prodigado palabras y gestos de futuro.
Son muchas las “patatas calientes” que este Papa deja a su sucesor. Pero no seriamos justos si no recogiesemos sus “luces”, sus aspectos positivos, sus numerosos viajes a diferentes paises, sus peticiones de perdón por los errores cometidos por la Iglesia durante muchos siglos de historia, su oposición a la guerra de Irak, su defensa de los derechos humanos, etc.
En los próximos dias tendremos ocasión de hacer un repaso más detenido de estos casi 27 años de pontificado de un hombre, enfermo, cansado que está esperando la llamada de Dios.